Birding en Extremadura: rincón de incalculable valor ornitológico
Extremadura cuenta con 69 regiones ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves), red que constituye en torno a un 26% de su territorio protegido con esta denotación, lo que la sitúa entre uno de los paraísos ornitológicos a nivel europeo.
El birding en Extremadura es una actividad que ensalza el gran valor ecológico y ornitológico de la zona. Hasta ahora ha sido la población europea procedente de Alemania, Holanda o Reino Unido la que más se ha interesado por este magnífico rincón. Pero el momento de despertar del letargo ha llegado, y cada día somos más que preferimos ver un águila perdicera al vuelo antes que un pobre canario amarillo encerrado en una jaula.
Y es que el birding en Extremadura te permitirá apreciar la ornitología desde otra perspectiva: la del respeto y la admiración.
Para entender por qué Extremadura se sitúa entre los mejores destinos de birding, debemos saber que hay determinadas especies muy selectivas a la hora de elegir allí donde quieren vivir, anidar o reproducirse. Además, también debemos saber que unas se encuentran en un estado más delicado que otras: en peligro de extinción, en estado de vulnerabilidad o que son sensibles a la alteración de su hábitat (entre otros).
El mejor ejemplo de ave en peligro de extinción y exclusiva de la península ibérica, que Extremadura tiene el privilegio de albergar, es el águila imperial ibérica (Aquila adalberti).
También es Extremadura lugar de elección de la Cigüeña negra (Ciconia nigra) para la cría de sus polluelos. Estas tímidas aves despiertan el interés de muchos aficionados a la ornitología, principalmente por dos motivos: su situación como ave en peligro de extinción y la dificultad para verla en plena naturaleza.
Hay otras aves que se encuentran en mejor estado del que lo están las dos anteriores, pero a las que tampoco hay que dejar olvidadas, dada su sensibilidad a la alteración de su hábitat. Es decir, tan importante para nosotros debe ser proteger los ejemplares en sí como el lugar donde habitan; si no lo hiciéramos, sería como querer proteger del frío a una persona dándole una manta para que se tapara, pero dejarla a la intemperie en el polo norte.
Este es el caso del buitre negro (Aegypius monachus), respetado por otras carroñeras como buitres leonados o alimoches a la hora de quién tiene preferencia para comer el primero.
Se encuentran también en esta categoría el cernícalo primilla (Falco naunanni) o la avutarda euroasiática (Otis tarda), esta última el ave más pesada de la península y la cual permanece aquí durante todo el año, hecho que aprovechan los amantes de la ornitología para avistarla en cualquiera de las estaciones del año.