No cuenta con la porción de Pirineos de la que gozan sus hermanas del norte; pero aún así Tarragona, la más sureña de las provincias catalanas, hace gala de un precioso entorno natural y de muchas opciones para disfrutar al aire libre. 

 

Aunque gran parte de sus visitantes se decantan por ella gracias a su patrimonio cultural y a las playas de la Costa Dorada, lo cierto es que hay mucho más por descubrir. Y una buena forma de hacerlo es practicando actividades en la naturaleza en Tarragona. 

 

En el Parque Natural de la Sierra del Montsant, y en las sierras circundantes (como la de Prades), encontrarás muchas opciones para disfrutar de ellas. Estos parajes de singulares características geológicas son perfectos para practicar senderismo, escalada, barranquismo o rutas a caballo. En esa zona se encuentra también el pantano de Siurana, donde se pueden realizar actividades acuáticas, como rutas en kayak.

 

Por supuesto, de estas también podrás disfrutar en el mar. Las playas de la Costa Dorada no son solo buenas para darse un chapuzón. Además, permiten hacer muchas actividades. Realizar salidas en kayak o a vela; cabalgar sobre las olas practicando surf o kitesurf, o sumergirse bajo las aguas haciendo submarinismo son algunos ejemplos.

Ya que estás en la costa, si continúas hacia el sur de la provincia sin separarte del mar, llegarás al Delta del Ebro, otro Parque Natural de gran belleza. Destaca por su tranquilidad y su interés ecológico. Sobre todo, es un espacio magnífico para dedicarse a las observación de aves, dada la cantidad de especies de esta familia que existen.

 

El Parque Natural dels Ports también es buena idea para hacer actividades en la naturaleza en Tarragona. Alí se pueden hacer excursiones para la observación de fauna salvaje (destaca la cabra hispánica) y combinarlas con actividades mayor intensidad, como la espeleología o la escalada. 

 

Por último, son interesantes también las propuestas para realizar rutas de senderismo de largo recorrido. La más conocida es la Ruta del Cister, que recorre la provincia conectando tres monasterios medievales: el de Santes Creus, el de Poblet (declarado Patrimonio de la Humanidad) y el de Vallbona de les Monges.

 

Otras rutas, como las de la comarca del Priorat o las de Montblanc, servirán también para conocer la naturaleza y el legado cultural de un territorio repleto de sorpresas.