La Comunidad Autónoma más pequeña de España es tan grande por dentro que es un pozo de sorpresas. Puede que tenga nombre de vino, pero el alma la tiene de aventurero. Y es que La Rioja cuenta con un paisaje tan rico, con tal variedad de posibilidades, que es imposible visitarla sin que te den ganas de saltar, andar, escalar, navegar o trepar en cualquier dirección.

 

Bosque mediterráneo, paisajes alpinos, verdes valles… todos ellos posibilitan la realización de muchas actividades en la naturaleza en La Rioja. Para conocerlos, nada mejor que el senderismo. Una amplia red de senderos señalizados se integran en La Rioja. Puedes caminar entre viñedos en los Montes Obarenes, conocer las lagunas glaciares de los Picos de Urbión, o recorrer las sierras de la Demanda y la Cebollera.

 

En esta última además encontrarás el GR 93, que parte de la localidad de Ezcaray. Y en invierno, cuando la nieve lo cubre todo y se hace difícil andar, no podrás resistirte a recorrerlas con ayuda de raquetas o de esquís de travesía.

Si combinar el senderismo con la observación de aves, hay muchos lugares para ello. En la Reserva Natural de los Sotos del Ebro, por ejemplo, se encuentra la colonia de Cigüeñas blancas más grande de Europa. También se hacen este tipo de actividades en la naturaleza en La Rioja Baja, donde se encuentra el Mirador del Buitre. Además de esta ave, podrás observar otras rapaces y especies protegidas. Aunque lo cierto es que en cualquiera de las sierras de La Rioja podrás disfrutar del vuelo de estas aves en libertad. 

 

Si eres tú quién quiere volar, no hay problema. Una de las actividades más emocionantes que practicar en La Rioja es lanzarse en ala delta o en parapente sobre los valles de Leza o San Millán, cerca de Ezcaray. Para disfrutar de un vuelo más calmado, lo mejor es optar por un paseo en globo sobre los valles y viñedos de La Rioja Alta.

 

Más opciones de aventura son la escalada (que puede practicarse en los valles del Leza, el Iregua o el Najerilla), el alpinismo (pudiendo ascender, por ejemplo, al pico San Lorenzo, el techo de la Sierra de la Demanda) o la espeleología (con más de 36 cuevas para elegir). En verano, el barranquismo en los arroyos de Peña Muro y San Martín, y las aguas bravas de los río Iregua y Najerilla se llevan la palma; demostrando que diversión y aventura van de la mano en La Rioja.