6 motivos para disfrutar del ecoturismo en Cáceres:
1. Pasea por la historia
La provincia de Cáceres ha acogido, desde la antigüedad, a numerosos pueblos y culturas. En ella se encuentran vestigios ya desde la Prehistoria, como las construcciones que pueden visitarse en Valencia de Alcántara, en la conocida como Ruta de los Dólmenes. En la comarca también encontrarás un centro de Interpretación del Megalitismo y muchas otras opciones para emprender un verdadero viaje al pasado.
2. Navega entre dos tierras
El río Tajo sirve de frontera entre España y Portugal y da lugar al único Parque Natural Internacional del país. Sumérgete de lleno en este espacio único, lleno de biodiversidad, y descubre lo que se siente al navegar en kayak justo en la frontera entre dos países.
3. Comparte la cultura local
La provincia de Cáceres, en general, y la Sierra de Gata, en particular, ofrecen multitud de formas de empaparte de la cultura local y aprender los oficios que antes se practicaban por estas tierras. Descubre las antiguas minas de oro, recorre los caminos de los pastores y elabora el queso tal y como se hace en las granjas de toda la vida.
4. Alza el vuelo
En Cáceres andar cabizbajo es la peor de las ideas. Sus cielos son permanentemente surcados por numerosas rapaces que hacen las delicias de los turistas ornitológicos. En el Parque Nacional de Monfragüe, en la Sierra de Gata o en las riberas del río Tajo, las grandes aves de la península ibérica encuentran su lugar; y tú, que las sigues a ellas, el tuyo.
5. Lánzate a la aventura
Aunque el ecoturismo es la nota dominante en la provincia también hay lugar para la aventura en Cáceres. Rutas de trekking o en bicicleta de montaña, tirolinas, tiro con arco o, actividades para liberar adrenalina y ponerte a prueba, como la escalada y el rápel.
6. Escucha a la naturaleza
Agua que corre en rápidos cauces, cascadas, el viento que sopla entre las hojas… La naturaleza está llena de esas melodías que nos acompañan cuando caminamos por ella. Algunos otros, como el reclamo de las aves rapaces o la berrea del ciervo durante el otoño, rompen la música de fondo y despiertan nuestros sentidos. La naturaleza tiene una voz propia en Cáceres, y te invita a que la escuches.